COMPOST: Cómo transformar la mitad de nuestra basura en tierra fértil
por Dario Alaniz · 3 mayo, 2020
¿Alguna vez te pusiste a pensar que casi la mitad de la basura que generás podría quedarse en tu jardín o huerto ayudando a mejorar el suelo?
Vayamos al gráfico que también utilizamos para ilustrar el sentido de ocuparnos seriamente de algunos de los residuos que generamos en nuestros hogares.
Como habíamos calculado en la publicación donde hablamos de la generación de ecoladrillos como una forma de reciclado, en Argentina se desechan casi 300 kilogramos de productos que podrían recuperarse si se realizara una separación en origen.
En este caso, centraremos el foco en el desecho que ocupa casi la mitad de la bolsa que tiran la mayor parte de los argentinos: los residuos orgánicos.
Para comenzar, necesitamos saber qué son los desechos orgánicos. Son aquellos de origen biológico, es decir, que alguna vez tuvieron vida o que formaron parte de un ser vivo, tal es el caso por ejemplo de las ramas de los árboles, las hojas de los árboles y plantas, las cáscaras de las diferentes frutas.
Entre los problemas que provoca incluir los desechos orgánicos en nuestra basura, teniendo en cuenta el volumen promedio generado por habitante se encuentran:
– Sobrecarga el sistema de recolección domiciliaria
– Atrae roedores e insectos a nuestra basura.
– Atrae animales que muchas veces rompen las bolsas de residuos buscando alimentarse y de esa forma, provocan que nuestras veredas y calles se ensucien, con todo el daño que eso ocasiona.
– Contamina todos los desechos que pudieran ser recuperados para transformarlos en recursos reciclándolos
– Al llegar al destino final, a través del lixiviado que es el resultante de la descomposición de este tipo de residuos, arrastra gran cantidad de los compuestos presentes en el sólido que atraviesa provocando la contaminación de las napas y el suelo.
– Se pierde la posibilidad de aprovechar sus propiedades, como lo haría la naturaleza.
COMPOST: es un procedimiento que consta de la descomposición aeróbica de la materia orgánica, especialmente la basura vegetal que puedes encontrar en tu cocina o en tu jardín que produce como resultado, un producto que puede ser utilizado como enmienda, que ayuda a la regeneración de la tierra y como fertilizante natural.